UNA NIÑA NACE en un apartamento de la rive gauche de Paris, con altos techos, grandes molduras de escayola y cuatro balcones desde los que se ve el Sena. Cuando se hace mayor, descubre que tiene los ojos azules, las cejas dibujadas como con un pincel delicado, el pelo rubio y largo, y un cuerpo que hace que los hombres enmudezcan en su presencia. Un día, elige a uno de ellos. Es alto, de grandes manos, maneras educadas, hijo de otro hombre que también tiene maneras educadas y que, como él, habla varios idiomas. Tienen una hija que nace en otro apartamento de la rive gauche y son felices.
Otra niña nace en una barriada pobre de cualquier ciudad, en un piso lleno de rejas por miedo a los robos. Su habitación es la misma de sus dos hermanos. Su padre no tiene trabajo. Un día esa niña se mira al espejo y ve a una muchacha hermosa, de ojos oscuros y cabello moreno. Todos sus vecinos se lo dicen con la mirada. No termina la escuela. Trabaja como limpiadora. Un día elige a un hombre. También es alto, pero no tiene trabajo ni estudios, y apenas sabe expresarse en castellano. Tendrán una hija que también nacerá en la misma barriada pobre de la misma ciudad.
Estas dos mujeres no se encontrarán nunca.
La historia se repetirá.